¿Errar es humano?: No. Errar es animal. Errar más de una vez en lo mismo: eso es un humano.
Hay un tipo de conocimiento - no exclusivamente humano - que es adaptable. Este conocimiento va desde lo moral hasta lo sentimental. Él único conocimiento estable o fijo existente son las ciencias. Por lo menos en nuestro querido planeta 'Tierra'.
Nuestro cerebro está en continuo aprendizaje, hasta que morimos. Se adapta. Del mismo modo que cualquier ser viviente en la 'Tierra'. Pero lo que hace la gran diferencia entre nosotros y cualquier otro ser viviente, es nuestra 'complejidad' - que prefiero llamar estupidez -. Esta estupidez humana que adquirimos desde que nacimos, hace por ejemplo, entre otras cosas, que yo escriba esta mierda. Sí, mierda. Al final y al cabo este blog pasará al pasado. Quizás sea borrado o simplemente quede flotando como un blog más dentro de los millones que existen, seguramente más interesantes que este. Y cuando en algún momento de mi futura vida recuerde que tuve un blog, haga el esfuerzo por recordar la maldita dirección y me haga un tiempo en mi ocupada vida familiar-profesional para leer lo escrito, de mi boca saldrá: "¡pero qué estupidez!". Pero te equivocas querido Yo del futuro, no es estúpido, es estúpidamente complejo.
La estupidez humana es una enfermedad curable - autocurable en verdad- . Todos son parte de ella, aunque intenten ocultarlo. Te absorbe como una gran esponja. Su misión no es destruirte, si no destruirse ella misma. La estupidez quiere lo mejor para ti, quiere tu tranquilidad. Pero para llegar a aquello, la estupidez tiene 2 opciones: te destruye o no te destruye.
¿Qué es la estupidez?. Supongo que en algún momento de tu vida - por no decir miles - no has parado de pensar en algo que te atormenta, que no te deja dormir, que lo llevas todo el desgraciado día en tu cabeza, buscando una solución, respuestas. Piensas, piensas y no paras de pensar. Tratas de relacionar inconscientemente cualquier hecho con tu problema, por más lejano que sea. Conversas con otras personas, buscas apoyo, consejos. Pero nada. La mierda sigue en tu cabeza, y no se va. Pasan los días y te sigue atormentando tu miserable vida. Eso es la estupidez. ¿Por qué?. Porque cuando llega el majestuoso día en el cual tu problema se resuelve y vuelves a analizar los hechos, piensas: "Pero si era tan simple...". Todo es simple amigo mio, pero a la vez muy complejo, perdón, estúpido quiero decir.
La estupidez magnifica los hechos. Puedes pasar una y otra vez por mil soluciones y nunca las usarás. Siempre seguirás buscando más caminos. La estupidez no se conforma con una solución. Lo analiza todo, absolutamente todo. ¿Qué tiene de malo?: todo tiene de malo. Cuando llega el día en que tu problema se repite, la estupidez te hace volver a caer en el mismo juego. Te mantendrá semanas pensando y buscando una solución que ya la conoces. Puede que sea un poco razonable - un poquito - no detenerse en la primera solución que encontremos y seguir buscando la solución más óptima. Sí, tiene sentido. Pero - siempre hay un pero - al seguir buscando más soluciones al mismo problema nace otro problema: el masoquismo. Uno sigue calentándose la cabeza, pensando y pensando, aunque ya tenga una solución. Nunca basta una, siempre quiere más. Aún sabiendo de que ya tenemos una solución factible a nuestro problema, la estupidez no lleva a seguir cagándonos la mente, dañándonos interiormente. He aquí donde llego al punto donde afirmo que el ser humano es naturalmente masoquista.
La estupidez puede llegar a volverte loco, completamente loco. Algo tan simple puede volverse tan complejo, que tu mente simplemente se volverá literalmente loca. No es una locura de manicomio, para nada. Es una locura mucho mas subjetiva. No tan a simple viste como un loco cualquiera. El mundo está lleno de estos locos, que a simple vista pasan como cualquier otra persona normal - me desagrada la palabra normal, lo normal NO existe -. Pero en su interior, en su mundo privado, se vuelven realmente locos. Cuando están solos en sus casa, en sus piezas frente al computador les baja la locura. La estupidez vuelve y realmente los tortura.
Creo - según mi poca experiencia en realidad - que la solución más factible para lograr esquivar - porque vencerla no puedes - de algún modo a la estúpida complejidad, es aprender a ser simple. Aprender a tomarse las cosas con ligeresa. Aprender a reírse de las penas, a pasar por alto tus problemas, a dejar pasar el tiempo y vivir de una vez por todas, dejar de ser simples robots. No pienses, no reacciones, no quieras, no debas, sólo siente. Esto no significa llevar una vida peso de pluma, que nada importa. No, para nada. Hay que aprender cuando tomarse un momento light en la vida. Aprender cuando hay que detenerse a darse un tiempo para uno mismo. Conócete.
Detente un momento y mira a tu alrededor, ¿hay algo que valga la pena?. Tú lo vales.
Estúpida complejidad
11.24.2007
Desrazonamiento escrito a las 4:19:00 a. m. 10 personas dejaron su huella
Jugando a ser grandes
9.30.2007
La bala que salió de la pistola de Tomás dio certeramente en la cabeza de Claudia y los pájaros que miraban como testigos en aquél árbol, volaron raudamente al sentir el sonido del disparo. Tomás, pálido, miraba a Claudia sin gesto o reacción alguna. Era pleno día. Estaba nublado y las nubes sólo dejaban traspasar a unos afortunados rayos de sol que alumbraban la escena. Claudia por su parte, yacía en el césped totalmente inmóvil. Una de sus manos aún mantenía firmemente aferrada a su muñeca de trapo, que poco a poco se iba tiñendo de blanco a rojo con la sangre que corría como un río por su cuerpo. El cielo termina de cerrarse y empiezan a caer unas finas gotas que poco a poco se van transformando en goterones. Tomás, ya sin fuerza, deja resbalar su pistola. Su pelo ya mojado le impedía ver en plenitud el cuerpo de Claudia, que aunque aún sangraba, la lluvia se encargaba de limpiarlo como si nada hubiese pasado. Tomás lentamente se acerca, con pasos débiles. Su estado de shock permanente le juega en contra haciéndolo caer de rodillas a un lado de Claudia. A las grandes gotas que caían del cielo, se les unen las de Tomás, que inútilmente intentaba frenar. Sutilmente Tomás toma la muñeca de Claudia y se la pone en su pecho, colocando también sus 2 brazos sobre ella. Cualquier persona que hubiese pasado por ahí creería que Claudia estaba durmiendo sobre el cesped, abrazada a su muñeca y que Tomás sólo intentaba despertarla. Pero él sabia que no era así. Tomás no podía parar de mirarla. De su rostro seguían naciendo lagrimas que al caer al piso se juntaban con la sangre de Claudia consumando el acto. Era perfecto, totalmente perfecto. Vida y muerte cara a cara. La naturaleza testigo, morbosa, como siempre. Tomás vuelve su mirada al lugar del disparo, divisando su arma totalmente mojada en el piso. Sin pensarlo se levanta y camina hacia ella. Ahí está, frente a él. Retándolo, mostrandole un camino, una salida. Sólo basta levantarla y apretar el gatillo para que todo termine. Su final, el final que él quería. Recoge la pistola sin temor alguno, tan seguro de lo que va a hacer que ni siquiera tambalea. Da una ultima mirada al cuerpo tendido de Claudia, pero esta vez se quita el pelo de la cara. La quería recordar claramente. Da la espalda a la escena, como dándole la espalda a la vida y coloca la pistola apuntando a un costado de su cabeza. No tiene miedo, ni siquiera cierra los ojos. No piensa nada, sólo siente el gatillo en su dedo indice izquierdo. Va sintiendo como el gatillo se va hundiendo poco a poco mientras más presión aplica. Siente las gotas recorriendo su cuerpo, recordandole que aún está vivo. Él sabe que si aplica un poco más de presión la bala saldrá y todo acabará. Quiere ver a Claudia por última vez pero su dedo hace la presión suficiente y todo acaba.
-¡Tomás! ¡Está listo!
-¡Ya mamá!
-¡¿Por qué tienen los regadores prendidos?! ¡Por Dios!
-¡Estábamos jugando! ¡Ya los apago!. Ya Claudia vamos, de ahí seguimos jugando
-Buuuu... Ya bueno. En todo caso muero de hambre
-Quítate el ketchup, o si no mi mamá va a saber que se lo sacamos
-Ya. No cortes los regadores aún, deja lavarme.
-!Ya pues Tomás! ¡Apúrense que se va a enfriar!
-Apurate Claudia, que mi mamá se va a enojar
-Voy
Desrazonamiento escrito a las 3:00:00 a. m. 2 personas dejaron su huella
Querido viejo
9.24.2007
Habré borrado y vuelto a escribir unas 20 veces el inicio de esta carta sin rumbo, que Dios sabe si te llegará.
Como expresar, como escribir, como decirte todo. Bueno, tú lo debes saber, pero no está demás en escribirte. Aquí está tu hijo, el "chuachua" como solías decirme y molestarme. Aquí escuchando aquella canción con la cual el Nacho gozaba camino al sur, ¿recuerdas?. Sí, la del pirata cojo, con pata de palo y todo lo demás. Aquí, fumando un cigarro y con caña. ¿Quién lo iba a creer, no es cierto?. Tu hijo fumando y también tomando. No me odies. Si te preguntas que cigarros fumo: los mismos que tu, viejo. Bueno un poco más fuertes quizás. Tengo tantas cosas tuyas viejo, pero me hacen falta muchas cosas más.
Ha sido difícil, realmente difícil. Este último tiempo más que nada. Me cuesta pensar en ti, me cuesta recordar. Me duele, demasiado diría yo. No debo ser el único, pero si debo ser el que más lo oculta, por que simplemente soy así, viejo. Tú siempre me lo reprochaste. Creo que nunca te conté nada, nunca te di la oportunidad a conocer mi mundo interior. Pero aún así no me arrepiento. Pienso que te aproveche a concho, viejo. Supe disfrutar contigo. Alcancé a sentir lo que se siente tener un papá. Alcancé a tener vivencias de padre/hijo. Alcancé a guardar recuerdos claros y nítidos de ti. Pero parece que esa dosis de recuerdos, vivencias, sentimientos simplemente se me gastó. Se me gastó mi baúl de recuerdos en donde buscar consejos, respuestas. Es complicado tratar de buscar una imagen paterna, tratar de buscar ese consejo, que más consejo de padre a hijo, a esta edad ya es un consejo de amigos. No alcancé a ser tu amigo. Sólo alcancé a ser tu hijo de fines de semana. Ese que iba a tu casa, hablaba contigo una que otra cosa, te pedía algo y tú se lo comprabas. Ese que jugaba en el patio contigo a la pelota o a lo que sea. El que te acompañaba en las noches a regar el patio con tu piscola infaltable en una mano y en la otra la manguera. Mientras tú, y ahora que lo pienso, no en un estado totalmente sobrio, me hablabas cosas triviales, me contabas chistes, me hablabas de tu pega, de tu infancia. No, no me quejo ni te culpo. Es más, me enorgullezco. ¿Qué más hace un padre y su hijo de 11 años?, ¿hablar temas profundos de la vida, hablar del amor, sentarse a tomar?. No, simplemente lo que hicimos tú y yo. No sabes cuanto me encantaría que estuvieras aquí ahora, y en vez de escribirte esto, hablarlo directamente contigo. Sentarnos tu y yo en el patio de tu casa, con su buen trago, el infaltable cigarro y hablarte frente a frente. Contarte todo lo que me intriga, lo que me pasa, lo que siento, lo que necesito. Todo, completamente todo. Y pasar de ser tu hijo de 11 años, a ser tu amigo de 18.
Me haces falta viejo, más que la cresta. Y no te voy a pedir de que vuelvas, por que yo se que estás. Pero por la chucha que me ha costado encontrarte. Estás aquí mismo, pero te movieron de lugar y aún no te encuentro. Es como cuando a uno se le pierde el celular. Uno siempre lo deja en el mismo lugar, ¿cierto?. Imagínate que un día vas a buscarlo y no está. Alguien te lo movió por X motivo. Eso pasa, y no se a donde te movieron. Ojalá tuvieras ringtone.
Ha sido complicado tratar de buscar respuestas a cosas que solo los viejos saben. Mi vieja se ha portado un 7, siempre ha estado cuando la necesito. Estoy un poco más cercano a ella, aprendí a conocerla, nos estamos haciendo amigos. Pero aún así, ella sabe que no puede cumplir los 2 roles, ni ninguna mamá puede. Es prácticamente imposible para mi. Nunca va a dar en el clavo, como tu si hubieses podido. El simple hecho de ser mi viejo te da ese poder. Y todo esto va mucho más allá que una conversación de 'hombres': "¿Cómo andan las minitas?", "Ese es mi hijo. Hijo de tigre", "¡Todo un campeón!". Va mucho más allá de eso, viejo. Sinceramente desde que te fuiste, no he logrado encontrar otra imagen paterna. La he buscado, pero no está. Es para mi, irreemplazable. Te preguntarás: "¿Y de dónde te haces el modelo de imagen paterna si yo no estoy? ¿qué haz hecho todo este tiempo si un padre?". No tengo idea, ¿de la tele? ¿padres de amigos? ¿familiares?. Quien sabe. ¿Y que he hecho todo este tiempo sin un padre?: ser yo mi papá. ¿Estúpido?, quizás. Pero no tanto, si al final y al cabo aprendo a ser papá gracias a ti. Las respuestas o consejos que necesito las saco de ti, de los recuerdos. Pero ya están tan exprimidos que no me están dando respuestas ni consejos. Se me acabaron, se agotaron. Y ahora si que si prácticamente tengo que aprender a ser papá solo. Puta que cuesta. Pero creo que tengo la base.
Muchas veces me pregunto "¿Qué tengo de mi viejo?", y me doy cuenta que muchas cosas. Partiendo por el supuesto parecido que tenemos. Recuerdo que lugar donde íbamos siempre nos decían "¡Pero si son dos gotas de agua!". Me cargaba, pero tenia que sonreír de todas maneras. También heredé el gusto de comer bien tarde en la noche cosas bien grasientas. Lo bueno para el trago y el cigarro. Tu voz, antes por lo menos, no lo se ahora. Varios gestos tuyos: la forma de rascarme el ojo cuando tengo sueño. El ser bueno para el hueveo: recuerdas que recurrentemente cuando decían "¡Que lindo tu hijo!", tú respondías "¿Quieres tener uno igual?". Que manera de reírme. También según mi vieja tengo tu parada: con la pierna izquierda floja y apuntando hacia un lado. Lo caluroso, siempre ando con calor. Bueno para los asados, bueno para salir con los amigos. Varios gustos musicales que tengo son culpa tuya. Y así un sin fin de cosas.
Bueno, estés donde estés viejo, yo se que te voy a encontrar. Esté vivo o muerto. Y aunque yo no tenga mis respuestas ni consejos, no te sientas culpable, ni te preocupes. No dudes en que las voy a encontrar.
Un beso, una lágrima y un adiós.
Te quiere, tu hijo.
Pensar que nunca alcancé a llamarte viejo, sólo papá.
Desrazonamiento escrito a las 3:06:00 a. m.
Francisca
6.24.2007
Y ahí estaba yo, esperando a que ella saliera. Ya oscurecía, era tarde, pero no podía irme sin verla. Sentía un poco de frío, tenía hambre, estaba cansado, un día de mierda. Por segunda vez toco el timbre de la casa. Veo movimiento dentro, pero no la logro distinguir. Miro el cielo, hay Luna llena. Recuerdo que la última vez que la vi fue en la playa, hace 10 años...
Que calor hace, no paro de sudar. La cerveza ya está caliente, pero aún así me la tomo. Siento como la arena poco a poco va ingresando a mi ropa como si fuesen pequeñas hormigas. Pica y me molesta, pero es tolerable. Un día normal, yo, solo como siempre, mis cervezas, y mí ejercito de colillas de cigarro que me rodean hostilmente. - ¡Mierda! - digo, en voz alta. Me doy cuenta que solo me quedan 3 cigarros y 1 cerveza. Voy a mi pantalón, logro rescatar de lo profundo de mi bolsillo trasero 900 míseros pesos. Abro mi bolso, 10 pesos, 50 pesos, 100 pesos, 10 pesos. Miro a mí alrededor y diviso a lo lejos un local. Tapo rápidamente las colillas de cigarro con arena, y aplicando la misma técnica hago lo mismo con las latas de cerveza. Tomo mis cosas y parto. Esto de caminar en arena no es lo mío. Mientras camino me doy cuenta de que no soy el único desgraciado que tapa su basura con arena. Camino y camino, esto se me hace eterno. El sol más fuerte que nunca, y las voces de pequeños niños felices con sus madres me desesperan. Nunca me han agradado los niños, tan ingenuos, simplones, como si nada pasara. Sí, lo acepto, los envidio. Logro llegar a la acera y emprendo rumbo al local. - ¡Señor, ¿una moneda?! - ¿Señor? ¿tan viejo me veo?. Lo ignoro, no lo miro y sigo mi camino. Estoy destruido, pase la noche en la playa. No dormí más que 2 horas y aún siento los efectos del alcohol de la noche anterior. El local cada vez me parece más lejos. Que ganas de mandar todo a la mierda. La luz roja del semáforo me detiene. Que mierda de vida. Tener que hacerle caso a una insignificante luz roja. No lo pienso y cruzo. Un auto frena bruscamente y queda detenido frente a mi a no más de
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Sueño
4.17.2007
Me siento a gusto, alegre. Saboreo esa sensación de triunfo lentamente, deseo que dure. Ella postrada ahí, en el piso, vencida, derrotada. El sol me alumbra, calienta mi cuerpo. A lo lejos mi familia camina hacia mi. Sus pequeños bosquejos se hacen cada vez más grandes. Siento que puedo volar, es realmente increíble. Levanto la mirada firmemente, doy un paso, otro y otro. Nadie me bota. Por fin puedo mirar hacia el horizonte, caminar sin tropezarme, reír sin llorar. Mientras camino al encuentro con mi familia, la miro por última vez. Se ve tan linda, única. Pero esta vez no me dejo engañar. Yo gano.
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Malvada vida
2.04.2007
Que malvada es la vida, que primero te dice sí y luego no. Que malvada es la vida, que primero te hace reír y luego llorar. Que malvada. La vida es tu mejor-peor amigo. ¿Quién te levanta?: La vida. ¿Quién te bota?: La vida. Vida sínica, vida sarcástica... vida cruel. Tú sabes todos mis secretos, pero yo no los tuyos. Te veo venir, te veo ir. "La vida te da una segundad oportunidad", dicen por ahí. La vida no da segundas, ni terceras oportunidades. La vida es una gran oportunidad. La vida no es ambigua, la vida solo es. No hay que confiar ni desconfiar. No tenemos que reír ni llorar. Solo tenemos. ¿Tenemos qué?: Nada, solo tenemos. La vida es muy corta para ser llamada vida. Tú eres como el césped de su jardín. Sabe que existes, pero hay tantos como tú que no le interesa. Solo te riega y luego te pisa. Te corta, creces y te vuelve a cortar. Malvada vida que me haces reír, sabiendo que luego me harás llorar. Malvada tú, que lo sabes todo y no me dices nada. Me dejas solo aquí, y luego vuelves como si nada. Malvada vida morbosa. Me das y me quitas, me dejas con nada, y aún así me vuelves a quitar. ¿Que tienes en un interior? ¿Rencor, furia, rabia? ¿O solo eres así por que simplemente eres así?. Nunca te basta, no paras. Hasta el punto que llego a pensar que tu vida es cagar la vida de los demás. ¿Vida... tienes vida?. Cansado de luchar por una causa perdida. Malvada la vida, que me hace creer que es una vida nueva. Vida engañosa. Tú malvada, que me hablas y luego callas. ¿Que esperas de mi?. ¡No lo sé todo!. Dime lo que sabes, cuéntame tus secretos, dime lo que piensas y sientes. Déjame de una vez por todas levantarme y caminar. Mirar hacia adelante y sentir de que todo estará bien. Déjame mirar, sentir... déjame vivir. ¡Déjame vivirte!. Quiero descubrirte, mirarte, olerte, entenderte. Pero no me dejas. ¿Por qué?. ¿Qué ocultas que yo no pueda saber, o simplemente entender?. ¿Seré tan primitivo como para no entenderte?. Cansado de luchar, cansado de buscar, cansado de tratar de entender. Llego a pensar que realmente eres una causa perdida. Estoy harto de dar y nunca recibir. Harto de ti vida.
¿Por qué seguir creyendo en la vida, si existe la muerte?
Desrazonamiento escrito a las 1:23:00 a. m. 6 personas dejaron su huella